martes, 23 de octubre de 2007

Las perturbaciones de Penélope


Fueron 139 los días que esperó. En cada uno, la horas pasaban como si fuesen eternidades continuas, que lograban angustiarla hasta que lágrimas de sangre recorrían sus muñecas. No era una agresión, ni la corrupción de su cuerpo ya casi desintegrado, tan solo era una espera prolongada donde ya nada se sentía, nada dolía, solo pasaba.
No estaba de acuerdo con el orden cronológico de su vida, los errores habían llegado antes que la espera y lograban hacerla más larga, más mortificadora. Había demasiado para pensar y demasiado tiempo para hacerlo. Imaginaba los indefinidos finales similares, distintos, opuestos, que los errores de su vida hubiesen podido tener. “Un camino, infinitas desviaciones, una anomalía.. yo” se la oía repetir cada vez que caminaba hacia la estación, como si temiese equivocarse de sendero y terminar en algún otro rincón del mundo...
Siempre supe que la nada la molestaba. Como si le angustiara saber que nunca llegaría a recorrer todos los caminos, a copar todos los espacios, a usar todas las palabras o a utilizar cada segundo en algo más que una espera interminable y el temor a sucumbir antes que esta llegase a su fin. Sin embargo, seguía recorriendo el mismo sendero, espantada, oprimida por el deber de transitar una y otra vez al mismo destino lleno de vacíos y tiempos cubiertos por la misma nada.
Así era ella, no había espacio, tiempo, dilema que la satisficiera, era amante ardiente del todo y enemiga voraz de la nada, sufrió la enfermedad de la soledad hasta el ultimo instante de su existencia.
La vez que cruzó el puente para luego nunca volver, lo hizo lentamente como si quisiese con cada paso hacer crujir la madera de forma que tan solo ella pudiese oírlo. Pateó una piedra de formas irregulares que rebotó hasta depositarse en el fondo del río. La vio caer, la vio perturbar la corriente y sintió que ella hacia lo mismo, que no era más que un disturbio en el mudo, un tumor no benigno, tampoco maligno, que molestaba por la simple razón de existir y no pertenecer.
La espera ya había sido ya demasiado larga, empezaba a convertirse en una criatura de vida propia que parasitaba en ella y comenzaba a consumirla, a apagarla.
Cruzó el puente sin saber que era la última vez, pensando que volvería como siempre y que seguiría sobreviviendo las eternidades, una tras otra. Pero cuando debió dar el último paso, el que terminaba de recorrer su puente, no pudo, las rodillas le temblaron y sintió casi desvanecerse. Desde ese lugar, desde el próximo paso comenzaba a divisarse la estación, desde ese punto y solo desde ese punto sabría si alguien la aguardaba. No pudo, no podría soportar la repetición de un sendero vacío, una desviación contraria a sus ansias. No pudo, estaba agotada, su cuerpo ya no aguantaba el peso de su mente, y su mente la obligación de vivir. Su “yo” le dijo basta y solo eso bastó para que el final que venía armándose paso a paso, eternidad tras eternidad, llegase por fin. Vio sus pies descalzos, así debía morir. Se quitó el vestido gris que alguna vez había sido color canela y sintió estremecer, con la brisa del viento húmedo, el que ya empezaba a dejar de ser su cuerpo. Se avecinaba tormenta. Cruzó la barandilla que separaba el puente del río aferrándose fuertemente a ella como si parte de su cuerpo no quisiese ser desechado en las aguas frías. Sus últimas palabras lo resumieron todo: “perdón, ya no puedo esperarte más”.

Se soltó.

Su final, simple, el mismo de la piedra que una eternidad antes había golpeado,
una perturbación, un estorbo quizás, en la corriente.

I




Mi mente naufraga entre fragmentos
Las cicatrices se abren
los sueños rotos escapan por ellas

La angustia envuelve mi febril garganta
Duelen los oídos sangrantes
Roban mis pesadillas las noches
cumplen en asustarme
en pelearme
en ganarme

Quiebro la mirada
Me escondo en mi sombra
Corrompo mi piel con la sal de mis lágrimas
Rompo mis labios con los dientes

Gana terreno sobre la sangre
la angustia pesada por los pensamientos
Sudan mis manos los dolores
que por los poros escapan

En el horno estallan mis visiones
se resecan y descascaran

Rompo el contrato que nunca llegué a firmar
y no entiendo la culpa
se que no soy yo por ahora pero espero volver a ser

domingo, 21 de octubre de 2007

Canciones que sumergen


¿Quién no se sumerge en una canción buscando esa historia que rompe y desarma?

¿Quién no indaga en la letra de una canción como si la hubiesen escrito para uno?


pero a veces una sola no basta, hay millones, o millones de pedacitos de canciones


por eso


Coiffeur editado...


Estuvimos tan atentos a que nada sucediera,

pero cuando nos dormimos...
para cuando nos dormimos.


Sigo buscando la voz que me hable de vos de nuevas maneras.


Ahí va tu imagen que habla más de mí,

un holograma conmovimiento.


Lo que se ve y lo que dejo entrever,

ahora lo entiendo....al menos eso creo.


Quiero volver a callar aquella palabra que nunca mencionamos.

¿Será inevitable repetir la misma escena una y otra vez?


Tal vez sea cierto,

lo que queremos no es lo quehacemos,

lo que buscamos esconde un defecto,

¿es la manera en la que construimos el momento, la acción, elmovimiento?


Recuerdo ya estuve llorando por esto.

¿A vos que te parece?,

¿Qué pensás al respecto?

Mejor no me lo digas, guardemos secretos.


Coincidimos y no es casualidad.

¡Qué mala suerte no es casualidad!


La camisa se manchó,

me miraste con complicidad.

Nos hicimos los distraídos,

como si nada hubiera sucedido.


Sonreíste, con la mirada perdida y yo te saqué una foto en mi cabeza.

Sé que va a ser estampita en mi santuario.

No me gusta lo que dicen por acá,

tan pocas dudas suele ser mala señal.

Las certezas me dan desconfianza.


Quiero un beso que me llene de preguntas.
Dame un beso lleno de preguntas nuevas.


100 parches de tu piel,

A espaldas de mi sed.


Se parecen a vos y yo no lo busqué.

Esa mirada no fue como en mi vos la pensé,

la distancia no es suficiente esta vez.


Escribo toda una ilusión,


Casi que soy tu nombre esta vez,

Tan cerca de verme!


Te pesqué mirando el horizonte,

ahí se van, las nubes como cebras,

corriendo como locas,

escapan de tus ojos...que piensan y piensan.


Al final el clima estuvo lindo, despejado,

como nuestras distancias, cercanas,

sin movimientos falsos, cercanas.


Aunque no quiera aceptarlo me parece que sucede,

estoy a punto de decirlo, la palabra me enmudece.


No hay necesidad,

la tarde nos mojó, ya no fuimos los mismos.


El coraje del cielo por repetirse y no ser siempre igual.

Hasta acá llegué con mi unicornio, mi paciencia no se agotó, aún.


En este lugar se habla con miradas y las piedras cantan bajo el agua.


Como una canción de radio.

lunes, 15 de octubre de 2007

Mirandote en la eternidad finita

La historia de amor entre una semi diosa y un mortal
una historia que nunca pudo ser, pero que fue...



El drama se purgaba por sus ojos. La obediencia de un ser incontrolable que le desparramaba belleza por todos lados. Sobria de carácter y espeluznante de sentimientos, la semi diosa moría cada día que vivía.


Sus sueños eran mortales, se peinaba cada día frente al espejo y desayunaba café amargo para cortar el mal aliento de las pesadillas.
Simples palabras la separaban de él, su sueño.

Irreconciliables de pensamientos pero ardientes en sus encuentros, solo la mirada de esos cuatro ojos expresaban lo que por dentro sufrían. Una pasión incontrolable por dejar de desearse y por fin tenerse, quererse, saborearse… la lujuria de sus histeriqueos mataban todo lo que a su alrededor crecía. Rompieron el ambiente con el granizo de su falta de accionar... cayó sobre todo destrozando cuanto poco tenían.

Esta no es solo una historia de esas que nunca empezaron, es la transpiración del deseo ardiente de dos amantes que nunca se pudieron encontrar en vida por culpa propia.
Es la sangre que corre por las leyendas de pasiones indias que siempre terminan con amantes unidos eternamente en rocas, lagos y montañas.
Es más que todo ello.
Es la historia de dos enamorados que dejaron la carne de lado para amarse secretamente a través de sus miradas.

Ella supo conquistarlo, supo enseñar sus miradas y perderlo entre sus trampas de amor.
El supo conquistarla, con preguntas sin sentido, medias sonrisas perdidas en labios de papel y rarezas inexplicables para la mente de una mujer.

Supieron amarse con locura desde un principio.
Primero con amistades de juguete y charlas de hermanos.
Luego, con miradas confundidas y silencios que hacían ruido.
Rompieron las barreras del que dirán, pero no del que dirá el otro.
Nunca confesaron su amor el uno al otro. Revolvieron las alcantarillas del desorden de sus mentes, para luego callar en un sepulcro silencio lleno de nadas y vacíos repletos de quizás.
Trabaron puertas que nunca estuvieron abiertas y sellaron ventanas destinadas a no existir. Las vocales que sus cuerdas nunca pronunciaron no llegaron a formar un te amo, ni a murmurar un quierote. La distancia del tiempo y el espacio los separo formando escolleras y murallas de hielo entre ambos.

No quisieron encontrarse más allá.
Tuvieron miedo al rechazo inexistente del otro y cerraron así lo que nunca hubo de empezar. Lagrimas redonditas y rellenas cayeron por sus cuatro mejillas, pero el otro nunca las vio. Se quedaron enterrados bajo besos impensables y nombres exóticos que taparon sus verdaderas identidades. Se desnudaron con palabras. Hicieron el amor con miradas pero su carne nunca llegó a tocarse.

El horóscopo los desunía por no ser amantes ideales. Sin embargo no encontraron método para su amor. Demasiado fuerte para ser contado y existencialmente amorfo para ser medido, no hubo quien ni como los convenciera de sentirse uno.

Siguieron juntos. Compañeros de la vida que nunca se dijeron el porque de la cobardía, se volvieron amantes en secreto y amigos en la vida real. Disfrutaron de sus consejos sobre otros amantes perdidos, se refregaron las heridas de historias equivocadas y finalmente se acurrucaron el a comodidad de una vida sin sentido, en camino recto hacia el final.

Pasaron las eternidades que conformaron el tiempo y ellos persistieron.
Siendo tan solo ellos.
Sin ser el otro.
Sin confesarse el por quien de sus desvelos.
Todo terminó, sin final feliz pero tampoco triste. Tan solo estando. Viviendo. Jugándose el uno al otro en sus mentes y muriendo cada día un poco más por ser el otro. Al final de sus vidas todo cayó. Y en las otras, él reencarnó en ella y ella en él. Solo así pudieron saber los pensamientos que corrompieron la mente del otro, pero esta vez ya habían olvidado los suyos.

domingo, 14 de octubre de 2007

Esa que eres tu


Ordena tus miradas antes de proyectarlas.
No repitas en voz alta tus pensamientos negros,
Calla si es necesario las bipolaridades de tu mente presente.

Revive el primer paso, impulsivo, testarudo.
Cuídate de las consecuencias de tus actos.
Corrompe la carne cuando puedas… destrúyela…

Te angustias al saber que no llegarás a recorrer todos los caminos,
ni a decir todas las palabras,
ni a respirar todos los aires...

Los días, los meses, los años....
grabados en tu piel,
sin tiempo, espacio o dilema que te satisfaga

Amante ardiente del todo, enemigo voraz de la nada…
Perturbas la corriente por segundos y luego te caes,
soltando el oxígeno que te mantiene en vida.

Una procesión de logros inacabados te persigue.
Corrompido por sueños de plástico irrompible.


Histeria.
Media sonrisa de labio entero y una pulsión en desuso
Anomalías Subterráneas salen a flote al mirarnos.

Me sabes a humo usado.
Me da miedo la velocidad de tu mente.

La suerte esta echada y heredamos los instintos por inercia
No de acuerdo con el orden cronológico de nuestras vidas,
los errores nos llegan antes que la espera

Las horas pasan como eternidades continuas,
haciéndonos sentir la falta de un edén,
mientras cruzan los desvelos mis pensamientos.


Creo en los placares abiertos,
aunque dan miedo sus cerraduras,
guardan pasiones demacradas por la lujuria.

No soy cierta, existo tan solo en la inexistencia.
Llevando tres de mis siete destinos vividos,
nunca dejo de ser lo que no quise.


El viento inmoral me susurra que espere,
solo el tiempo cubre los rostros de la duda efímera.

Olvida ya mis palabras de tan largo discurso,
tan solo pretendo ese decir del silencio absoluto.
Has perdido para ganar

Y yo tan solo
Jugándote .


La deforestación en el Amazonas

El papel nulo de los Estados involucrados. La falta de políticas conservadoras y un futuro apocalíptico que involucra a todo el planeta. He aquí las causas y consecuencias de una desaparición anunciada.

“Árboles, árboles, millones de árboles, masas gigantescas erguidas” escribió una vez Joseph Conrad, cuando uno de sus místicos personajes se internó en lo profundo de la selva. Hoy sería casi imposible hablar de esas “masas gigantescas” sin mencionar el terrible peligro que corren.
Según Greenpeace, 20 millones de hectáreas tropicales son taladas cada año. Si esta destrucción de ritmo amenazante continua, en tan solo 40 años ya no habrán más bosques.
El Amazonas es, aunque suene a cliché, el pulmón verde del planeta. Sin embargo dentro de poco la irracionalidad del hombre lo llevará a necesitar un transplante urgente. Alrededor de 7.05 x 106 km2 de selva amazónica son afectados día a día por la agricultura, la explotación maderera, la ganadería y la construcción de carreteras entre otros.
Representa cerca del 70 por ciento de las selvas tropicales del mundo, este tanque de oxígeno está desapareciendo a un ritmo alarmante. Pero ¿cuáles son los beneficios de los que el mundo está siendo privado? Y todavía más ¿Cuáles son las posibles consecuencias ante su inminente desaparición?



Verde que te necesito verde
Antonio Nicolás Gillardi, director de la fundación Ambiente Ecológico, señala la importancia de los bosques para el planeta: “Dentro de la dinámica de la Tierra, los bosques cumplen muchas funciones como la generación del oxígeno, purificación del aire, sustracción parcial de carbono, estabilización de los suelos, control del clima y reservorio de agua de lluvias”.
Sin embargo, los intereses económicos parecen sobrepasar cualquier beneficio natural sin tener en cuenta el futuro. Guadalupe Rodríguez, corresponsal en Ecuador de la Fundación alemana Rettet den Regenwald e.V. (Salva la Selva), cree que las empresas llegan hasta sus últimas consecuencias a la hora de agotar las tierras.
“Las causas de la deforestación son principalmente intereses comerciales en los bosques a partir de su madera, recursos minerales (como el cobre, oro), petroleros e hídricos. Una vez que los recursos han sido extraídos, para lo que es necesario deforestar las selvas, no se retiran y dejan descansar la tierra, sino que la utilizan para otras actividades igualmente comerciales, como la ganadería y actualmente también para el establecimiento de plantaciones destinadas a la producción de biocombustibles”. Por su parte, Gillardi también ve al nuevo boom de los biocombustibles como una amenaza para los bosques tropicales: “La falacia ambiental que son los biocombustibles a partir de distintas especies cerealeras hace que se planten a diestra y siniestra sin importar cómo, dónde y qué” y además plantea a la industria forestal como un monstruo que avanza sin importar que se lleva por delante: “Depredan miles de hectáreas para plantar monocultivos con especies de rápido crecimiento y alto valor agregado. A ellos le debe cerrar la ecuación Costo-Beneficio-Económico antes que la de Costo-Beneficio-Ambiental”.
Alejandro Ruete, licenciado en Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Comahue, agrega factores políticos a la larga lista de destrucción forestal. “La deforestación y la degradación de los bosques se producen como respuesta a los indicadores políticos que tienden a empujar a la gente hacia el bosque en momentos de dificultades económicas o sociales”, explica.


Un modelo para seguir y otro para resignar

Rodríguez estipula siendo manipulado de esta forma, el Amazonas podría no existir más en 40 años, teniendo como consecuencias el calentamiento global y sequías extremas que perjudicarían a toda América Latina, entre otras.
Pero no todo es negro cuando se habla de la conservación del medio ambiente. Según Gillari existen países europeos como Polonia, Bielorrusia, Letonia, Lituania, Estonia, Noruega y Rusia, entre otros, que están a la vanguardia con respecto al uso de sus reservas forestales y que tienen una férrea política sobre el cuidado de sus bosques. Estos países han sufrido en consecuencia de la expansión de las fronteras y el incremento poblacional a partir de los últimos tres siglos y han tomado acciones al respecto.
No obstante, Rodríguez tiene una visión más pesimista al respecto: “Ningún país está protegiendo sus recursos adecuadamente. Algunos países como Alemania tienen leyes fuertes de protección ambiental, pero en Europa la mayoría de los bosques naturales han sido eliminados hace siglos”.

Tuyo, mío ¿de quién?
A diferencia de otras problemáticas, la deforestación es un fenómeno que traspasan fronteras y cuya solución, a gran escala, es de orden mundial. Según Luís Darío Carreras, director del Centro de Protección de la Naturaleza (CeProNat), “La mayoría de la sociedad latinoamericana que toma decisiones se encuentra en las ciudades, muy lejos de estos lugares. Esto constituye un impedimento a la hora de tomar conciencia y realizar acciones: la naturaleza está fuera de nosotros, diría Eduardo Galeano, y la tomamos como algo que puede domesticarse, no como algo que nos sirve de sustento para nosotros y para el resto de la Vida sobre el planeta”.
Los tratados escasean y según Esteban López Márquez, ingeniero agrónomo y miembro del comité asesor de la Fundación Roulet, “no existe legislación que obligue a un país o región a cumplir determinadas pautas, lo único que se ha logrado son protocolos internacionales”.
La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) es el único convenio internacional que influye directamente sobre los bosques y que es aplicado es el CITES. A través de este trata de preservar, mediante tres categorías, el grado de peligro que afecta a determinadas especies tanto de flora como de fauna. La CITES emite anualmente una lista donde expone el estado de éstas. Gillari cree que “es muy difícil legislar a nivel internacional sin meterse con la soberanía de algún país. Ya tenemos muy mala experiencia con lo que está pasando, en nombre de la paz mundial y la lucha contra el terrorismo”.

Estados nulos
La Selva Amazónica comprende a ocho países americanos: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Surinam, Venezuela Y Guayana Francesa. Pero Brasil solo posee el 60 por ciento del territorio amazónico.
Según declaró Rosalía Arteaga, secretaria general de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), en una entrevista con DW-World, “cada gobierno es soberano para tomar decisiones, pero se debe estar atento a todas las actividades en la región amazónica. Nosotros creemos en las responsabilidades compartidas”.
No hay visión de expertos que esté de acuerdo con las políticas que han llevado acabo los estados involucrados. Desde Ecuador, Rodríguez afirma que tos los gobiernos involucrados “han tenido un doble discurso con respecto al Amazonía” y afirma que “se jactan de considerar su importancia y su necesidad de conservación pero no toman medidas políticas que afectan a la integridad de la amazonía”. También acusa al presidente Brasileño, Lula da Silva, de haber dado cifras incorrectas referentes a la deforestación de la Amazonía en su reciente viaje a Europa. Sin embargo nueve ONGs, incluida Greenpeace, y el gobierno de Brasil firmaron el pasado 3 de octubre in acuerdo nacional para detener la deforestación en el Amazonía en el 2015, creer o reventar.
“Los gobiernos en sí se limitaron a expresar solamente deseos, en la práctica, continúan cerrando sus ojos a la deforestación y sin importarle si es indiscriminada o no” critica Gillari y cree que Brasil es un ejemplo muy claro de eso: “El discurso y la publicidad mediática hace que se opaquen las verdaderas actividades”. Por otro lado considera que Perú y Bolivia han diezmado y casi extinguido especies maderables de alto valor comercial como la caoba y la teca, mientras que Colombia, Venezuela y Ecuador, ponen la explotación petrolera por sobre los recursos naturales boscosos. También resalta el doble discurso del presidente Chávez que está en contra de los biocombustibles pero avala la deforestación para la expansión de la frontera petrolera y la ganadera.

La deforestación y degradación de las masas forestales constituyen una de las más grandes amenazas para el equilibrio ecológico del planeta.
Según el informe sobre bosques argentinos a cargo de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el Banco Mundial calculó recientemente que los medios de subsistencia de una cuarta parte de la población mundial dependen directa o indirectamente de los bosques. Consecuentemente, si el hombre, ser egoísta por naturaleza, no lo hace por su propio planeta deberá hacerlo aunque sea para preservar el futuro de las generaciones venideras.

lunes, 8 de octubre de 2007

A un año de la Tragedia de Santa Fe

Esta nota fue publicada en el diario Perfil el domingo 7 de octubre.

Agradezco a Rodrigo Lloret y Rafael Saralegui por haberme dado la oportunidad de rendirles un homenaje a mis compañeros y sus padres y por dejarme trasmitir el mensaje que yo quería dar.


Por ustedes...

gracias.


Hace un año todo se volvió negro. Regresaba de pasar unos días hermosos en la escuelita en Chaco, a donde cada año viajo junto a mis amigos y compañeros del colegio Ecos para vivir experiencias únicas con chicos que viven una realidad diferente, cuando el destino nos marcó para siempre.
Era ocho de octubre y hacía calor. Ya se había hecho de noche y mientras escuchaba música miraba por la ventana viendo pasar los costados de la ruta. Unas luces fuertes y una frenada lograron despegar mi cuerpo de mi mente. Desde ese momento empezó una pesadilla sin final.
Un camión conducido por un conductor alcoholizado nos embistió de frente y se llevo la vida de 9 de mis compañeros y de Mariana, mi profesora. Federico, Benjamín, Daniela, Julieta, Delfina, Justine, Nicolás, Julieta, Lucas y Mariana pasaron desde ese día a ser angelitos para todo aquel que tuvo el privilegio de conocerlos.
Yo no se cómo ni de donde los padres y familiares de mis compañeros sacaron la fuerza y energía que hoy tienen, pero a partir de ese momento dejaron de pensar en ellos, para pensar en todos. Ya hace un año que la vida nos cambió y este grupo de personas con una fuerza incalculable mueven día a día cielo y tierra para lograr que las rutas argentinas cumplan con lo mínimo de seguridad requerida. A través de un petitorio reclamaron que la Seguridad Vial sea Política de Estado y gracias a la respuesta de la sociedad y de muchas organizaciones que se sumaron, el 15 de agosto pasado se firmó el Convenio Federal Vial. Ahora solo resta que su implementación se haga realidad.
Cada lunes cierro los ojos al escuchar la cantidad de muertos por accidentes de transito que ese fin de semana cobró. Sé que uno solo aprende de las cosas cuando le pasa a alguien cercano o a uno mismo, pero la impotencia trepa por todo mi cuerpo al ver que los accidentes ocurren cada vez más y nada logra detenerlos. Se siguen contando los muertos como si las vidas valiesen tan solo un instante en las rutas. Se sigue lamentando vidas mientras que las condiciones deplorables de los caminos y la ausencia del Estado y de organismos de control son una realidad imposible de obviar.
Me horrorizo al ver lo malos conductores y peatones que somos los argentinos. Pasar un semáforo en rojo o esperar que cambie debajo del cordón pueden ser acciones sencillas y estúpidas, pero hemos comprobado que tan solo eso puede costarnos la vida, y sin embargo lo seguimos haciendo.
Este lunes 8 de octubre a las 18 hs, se recordará a mis nueve compañeros y a mi profesora con un recital homenaje en el estadio Pepsi Music. Participarán personalidades de la música, la cultura y el deporte, que siempre han estado presente ayudando con esta lucha que nos involucra a todos. El objetivo es honrar a los que ya no están sin dejar de generar conciencia en la sociedad.
“Sabernos juntos nos hace fuertes” fue el lema de nuestro viaje. Como sobreviviente, pero sobre todo como persona, es difícil seguir adelante, pero creo que tanto los chicos como Mariana no hubiesen querido ni esperado menos de nosotros. Este 8 de octubre ha sido declarado como “el día nacional del estudiante solidario” en homenaje a ellos. Es su día, pero también el de todo aquel que como nosotros quieren y hacen lo imposible por cambiar la realidad que muchos viven.
Del mismo modo que el gobierno es el encargado de que esto no siga ocurriendo, nosotros como argentinos también debemos hacernos cargo. Siendo protagonistas de nuestro presente y futuro, no conducir habiendo ingerido alcohol, no pisar a fondo el acelerador y usar siempre el cinturón de seguridad es lo mínimo que podemos hacer. Los accidentes de tránsito son hoy la primera causa de muerte entre los jóvenes argentinos. Decirle a tu amigo que no maneje si tomó no es solo prevenirlo a él, también es cuidarte a vos.
Como conductores y peatones, pero sobre todo como personas, educarnos en materia de seguridad vial no es solo un derecho, sino una obligación.