sábado, 29 de noviembre de 2008

Enlluviada

En un día de calor de vestido, una libélula muere en el último escalón del subte. Agonizante deja el ultimo esfuerzo para acomodar su ala derecha.
La ciudad si zambulle en un gris oscuro. Mientras lava sus paredes, la suciedad invade las ojotas y los talones se ennegrecen.
Los últimos vendedores ambulantes sacan su stock de Paraguay y en el subte las caras son más familiares que nunca. La vergüenza ya ha pasado y solo queda pensar que falta poco para que el mundo se complete.
Es día de lluvia y todo suena más reflexivo. Las caderas suenan y las cicatrices pican. Antiguas fracturas que renacen y ojos enmascarados que arden un poquito más.
Ya no se puede sacar la lengua y tomar la primera gota de lluvia. Sabe a auto amargo.
Es una pena, antes los días de lluvia eran más lindos, mas tristes y menos caóticos. Hoy corro por la ciudad tratando de escapar del último chaparrón.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Sentires II

Como si respiras profundo y luego tu cuerpo se olvidase de como exhalar.

Vez pasar una hoja seca y piensas que tal vez se cayó de tu cabeza. Tu mente vive un otoño tierno.

Y cuando una chispa queriendo ser fuego se prende en tu interior, caminas con la cabeza en alto, sin importar que tus dedos estén desorientados creyendo volar.

Y vas, voy, vamos rumbo a una vida que no sabemos si es nuestra... pero con el paso onduleante, firme vas...voy...

Intentas sentir pero no sientes,
solo la nada y no sabes cual es tu trabajo en ese vacío.

Intentas buscar a alguien que en el camino te sepa responder tanta intriga y tan poca historia.

Cansada de ser, buscas un hijo ficticio para amamantar. Así lo harás tuyo.

Como si fuese posible, te revuelves por dentro y buscas las víceras perdidas.
Una vez encontradas, recuperas ese soplo perdido.

Mientras te sepas tuya, no habrá dolor que duela más que el de los años perdidos.

Usted


¿No le pasa también a usted que no sabe que sentir cuando las últimas luces del sol, o quizás alguna estrella temprana, se refleja en el agua en movimiento?


¿O soy acaso la única que se angustia cuándo ve a las hojas caer al río con el terror grabado de un irremediable hundimiendo? ¿o de ser comidas por algún pato que creyendo ser pacman juega sumar puntos?


Si mi querida, a mi también me pasa. Son etapas de la vida que seguramente pasarán y otro "seguramente" volverán.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Bigotes

Anoche soñé que soñaba que era pequeña otra vez y tenía bigotes. En el sueño, mi yo grande, salía corriendo a ver fotos y se daba cuenta que era cierto. En todas se reflejaba una pequeña Frida Kahlo de panza grande y bigotes sombreados.
Me desperté tocando la parte superior de mi labio. No había nada peludo pero si unos pequeños puntitos duros, como si alguien hubiese recién acabado de afeitarse.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Delirio VII- Conversación conmigo misma

Entre todas las crisis elijo esta. Tiene gustito a remolacha con huevo duro, porque está mezclada, es pastosa y no sabes si al fin y al cabo lo agridulce te gusta o no.
Entre todas, elijo la que me hace sentir real... porque si vuelvo a caer en mi adicción de sueños incumplidos, el balance de fin de año me va a dar negativo. Pero menos por menos es más, y tal vez las cosas sean tan positivas que termino perdiendo la conciencia.
Anoche soñaste de nuevo. te dije que dejaras la puerta abierta y cerraras los placares. Te olvidás que te dan miedo los placares abiertos y no siempre voy a estar para recordártelo. A mitad de la noche el viento te envolvió y elegiste cerrarle la ventana. Te asustaste con un rulo que quiso entrar por tu nariz y me sonreíste, todavía no estás acostumbrada y eso que llevas casi media vida con ellos.
En la partida de ajedrez no te decidías, me enojé y te dejé las blancas, sabía que al final ibas a querer las negras.
- Mirá la luna!
- Cambiá de canción, me tiene harta
- No quiero
- No miro la luna
- Bueno te la perdés.
Nunca querés perder. Te enterás y un poquito de sal entra en tu herida. Decís basta, basta de todo. Quiero todo nuevo! Le escribís una carta a papa noel y le decís que fuiste una buena niña, aunque no es cierto, y que para el nacimiento del niño Jesús querés un juego nuevo y completo de vida. Con papás, amigas, amigos (te resistís a dejar de creer que no existe la amistad entre el hombre y la mujer) y un novio. Un novio! si de esos con esmoquin de pingüino y moñito rojo. Que sepa saltar la cuerda y salir a jugar.
-"Por eso yo te pido que vayas a misa"
- Pero no creo en eso... me huele feo..
- Entonces no le podés pedir nada a papa noel.
Por ahí un poco de plata para pagarte las vacaciones. Por fin decidiste. Te vas a Brasil, en paquete turístico con desayuno y media pensión.
- No, mejor no. Me voy a Brasil pero sin desayuno y menos que menos media pensión.
Basta. Despertate, agarrá el microfono y salí a encuestar. Que ganarte la vida no es fácil.

En tu sillón


Te digo que no. Que aunque me dejes poner los pies encima del sillón, no voy a quedarme.
No es como elegir ese vestido que cuelga de la puerta de tu placard y que ya sabes que te vas a poner. Juegan en contra demasiadas cosas... Sabes demasiado acerca de mi o mejor dicho lo sabes todo. Desde el perfume de mi piel hasta los días en que me indispongo. Entendés que si me pongo el vestido violeta es por que espero algo más y que, cuando estoy triste, me gusta llenarme de colores, para que la gente ni lo sospeche.
Son demasiados años juntos. Yo enfrente tuyo y vos mirándome a la cara, directo a los ojos, como si pudieses ver los dos a la vez.
No te pido un tiempo, te pido todo. No puedo seguir viéndote una vez por semana para pensarte todo el resto. Lo mejor es que no venga más.
Y no no me mires así ni me des tu silencio para que yo pueda expulsar todo hasta que rompa en llantos. No puedo, la verdad es que no puedo más con vos.
No sos vos, no soy yo, somos nosotros. Esta relación no puede seguir así... las relaciones a distancia tampoco funcionan. Me voy, me voy lejos por que es la única forma de terminar con todo. Me voy, se acabó, no insistas.
- No insisto
- Si, insistís...
- Está bien, si vos crees que es lo mejor para vos...
- Es lo mejor para vos también, para los dos... eso creo
- Si eso crees...
- Si, creo que eso creo...
- ... bueno, se acabó la sesión...Nos vemos la próxima...
- Eh.. si si crees que es necesario
- Lo creo.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Jugá limpio, ensucia

Mientras leo "juga limpio" en un cartel donde una chica atlética hace giros olímpicos para embocar un papel en un tacho de basura (que por lo cierto no está roto como la mayoría de los tachos de la ciudad) el camión de la basura pasa dejando un rastro que me recuerda a las migas de pan de Hansel y Gretel. Pero esta vez son las cucarachas las que se hacen el festín.

Debe estar bueno haber votado a Macri ¿No?

con la H de "Haciendo Buenos Aires" (¿o de Horacio Rodríguez Larreta?) en Mayúscula.

Delirio VI

No le digo yo que la ceguera es cada vez más constante... Leer con poca luz, una noche de verano, es romántico pero puede atrofiar la vista.
Si mi maestra de 3er grado leyera esto... yo usando puntos suspensivos! "No es una herramienta elegante", como si ella si lo fuese, con sus anteojos de carey y el delantal blanco manchado con rush y café de jarrito.
Anoche me visitaron de nuevo los espíritus y me olvidé de decirles que no me visiten más, que me dan miedo cuando hacen ruido con sus cadenas... a ver si alguno se quiere sacar la cabeza!
Es terrible, tanto como el hambre mundial, pero con los mini sobrecitos o "stick" como dice la propaganda, de jugo Clight, el jugo siempre me queda aguado. Termino poniéndole uno y medio y la otra mitad se me desparrama en el cajón, mezclado con fotos de notas que me olvidé de devolver y pilas acumuladas por si se terminan.

Cuatro calles y un problema


Cuando tenía ocho años, mi libro preferido era "Cuatro Calles y un Problema". Panchito era, o es para los que lo siguen leyendo, un chico que debía recorrer cuatro calles para llegar hasta el dentista. Al cruzar la primera calle, empieza a llover y se inunda la ciudad. Panchito no tiene más remedio que ponerse a nadar y llega a Uruguay. Por suerte, una lancha le lleva de nuevo a la ciudad. En la segunda calle, el viento lo lleva hasta Canadá y regresa en avión. Cuando cruza la tercera calle, cae en un pozo tan profundo que llega a China. Allí le cuesta mucho hacerse entender. Por eso tarda medio año, cinco meses y una semana en regresar a la calle de la que partió. Por último, en la cuarta calle se tropieza con un tigre que le obliga a dar la vuelta al mundo corriendo. Por fin, al llegar a su cita, le espera un dragón verde que resulta ser el doctor Ruiz, el dentista. Tras la visita al dentista, que no le hace nada de daño, Panchito vuelve a casa cruzando las cuatro calles sin que le ocurra nada raro.

Siempre me extrañó demasiado, no por la sabia moraleja que tenerle miedo al dentista es absurdo, sino por que, no eran cuatro calles y un problema, sino cuatro calles y cuatro problemas.

Hoy, rumbo al trabajo, recordé ese libro. No se porqué, problemas no tuve pero si encontré varias cosas raras. La primera, un barquito de papel hecho con un boleto de subte hundido entre dos asientos. Lo raro era que los asientos azules parecían el mar y el barquito, con el mover del vagón parecía nadar entre ellos. La segunda fue ver como una persona, muy elegante en su traje gris plata y con maletín marrón en mano, ante la equivocación de enfrentar las escaleras mecánicas que bajaban y en vez de tomar las que estaban a su lado y ascendían, decidió subir por ellas, con el doble del esfuerzo y una sonrisa contagiosa que llegó a convertirse en varias carcajadas. Casi llegando a la redacción, un grillo, de tamaño descomunal se cruzó en mi camino. Pensé, "es negro, saltó frente a mis pies pero gato no es", así que dejé la preocupación para otro día.

Final mente, varias cuadras y ningún problema después llegué al trabajo, quejándome por que me faltaba un hecho insólito. Tal vez cuando salga del trabajo, o quizás en mi escapada al quiosco encuentre algún exotismo con patas, recorriendo las barracas.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Nota de sábado pro la mañana

Sábado por la mañana. EL viento sopla fuerte y no sé si es un otoño arrepentido o una lluvia de costa. EL río sospecha de lejos y el viento juega a golpearme la cara con mis aros. Cansada de caminar, me escondo tras un montículo de pasto pinchudo y otra vez la música parece buscar el momento perfecto para entrar en escena. The Beatles me susurran Because que intenta no ser tapada por el viento "que sopla alto". Mientras, espero a una bandada de niños que vienen a volar sus barriletes. Con pena de otras infancias pienso que el viento les jugó la peor de las tretas, siendo tan fuerte va a casi imposible que sus cometas remonten, y la que lo logre seguramente se vaya volando para no volver. Me pienso pesimista, pero el frío me molesta.
Mientras tiemblo un grupo de por lo menos veinte boys scouts pasan saltando y gritando en sus shorts y pañoletas reglamentarios.
La bandada de niños no llega y yo ahí sentada junto al fotógrafo que espera disparando a la nada. Me siento abandonada, como esas citas donde al final nadie llega. De nuevo creo que la puntualidad me empieza a jugar en contra. Es la tercera vez en la semana que mi falta de deshorario me convierte en una des-esperada.
Ka costa del río se comienza a llenar de pantalonsillos y buzos deportivos, como en una película barata de hollywood, esas basadas en las novelas ochentosas de Daniel Steel. Me veo tentada a escapar hacia la reserva ecológica. Solo un puente rojo me separa pero un llamado me avisa que una columna con carteles y barriletes falsamente publicitarios está por llegar. Media hora más tarde el cielo apenas se podrá ver tras unos cuarenta o cincuenta barriletes rojos y azules, cubiertos por una H gigante. Hago lo correcto, entrevisto, persigo niños, les pregunto que sienten y si les gusta. Caso omiso. Sigo adelante y por fin, a las doce y media logro refugiarme en el remis marrón. Por suerte la nota de sábado por la mañana ya terminó.

Corrientes

Camino por la calle Corrientes, cerquita de los negocios para que el aire acondicionado me llegue aunque sea como espasmos.
Me levanté tarde. Ya pasaban las once y media cuando mi olor de verano impregnado en las sábanas me despertó.
A pesar que ya llegaba tarde, tomé mi café con leche en la cama, revoleando las piernas y estirándolas para que después del seudo calambre estuviesen aún más cansadas. Era evidente que no me quería levantar y el camino al baño se me hizo interminable. Prendí la ducha y aún en bombacha y anteojos entré conteniendo el aire. De chiquita me encantaba hacer eso. Ver como las gotitas llenaban los vidrios de mis lentes. Era como si me estuviese burlando de todas las leyes, riéndome sola contra la pared rosa de mi baño.
Pensé en que no volvería hasta la noche pero mi placard no pareció encontrar solución alguna. Llené mis pies de curitas y me puse los zapatos nuevos. Ahora me arrepiento, las curitas eran de las baratas y se despegaron con el calor. Mis pies llenos de pegamento me duelen aún más.
Tarde años en elegir los aros. Me probé tantos que mis orejas terminaron irritadas. Me puse los mismos de siempre.
Una vez solucionado mi problema telefónico volví a caminar por Corrientes. Con pasitos de pato rengo y una música que iba más rápido que mi vida. Es viernes por la tarde y la semana recién empieza.

viernes, 7 de noviembre de 2008

sentires

Que sientas que hay cosas que puedes describir, que su sabor sea familiarmente gustoso pero que no estén hechas para vos.

Que la perdida te valga lo mismo que un yo ganado y los momentos dejen de ser tuyos.

Que ciertas cosas de la vida no se hayan hecho para ti y que una de ellas sea ese nombre que te nombra.

Los fantasmas te corren alrededor y no reconoces de quien son esos trotes. Una visión de ciento ochenta grados te produce arcadas pero sabes que el vómito nunca llegará.

Y al fin y al cabo ahí estás, parada frente al camino de cemento que quisieras convertir en tierra roja o río que corre. Y te sientes tan desorientada como siempre. tratando de no caminar sobre tus callos o aún peor intentando, aprendiendo, por cuarta vez a caminar luego de esa misma caída.

Un hilo invisible te tira hacia atrás y los años se enriedan en tu pelo.
Intentas recordar las causas de tus cicatrices y solo revives las consecuencias.
Escuchas barridas en tu interior y piensas que es hora de baldear. Decides volver a perder la memoria y pellizcando tu bigote de gato vuelves a saltar. Ahora solo te restan tres vidas por vivir.

Para copiar y aprender.


Diputados aprobó la despenalización del aborto en Uruguay

no más muertes por aborto ilegal. Los hermanos uruguayos otra vez un paso adelante. Un ejemplo para imitar.

El aborto debe ser legal y controlado, usado con conciencia y en casos justificados.


La votación de la iniciativa se definió por apenas un voto: 49 a favor del gobernante Frente Amplio y 48 en contra por parte de los opositores Partidos Nacional, Colorado e Independiente.


La legislación vigente en Uruguay, desde 1938, sólo admite la interrupción del embarazo en caso de violación o riesgo de vida de la madre, y preve penas de prisión para los autores de abortos, consentidos o no.


Según datos oficiales, en ese país se realizan anualmente 33.000 interrupciones de embarazos aunque en el ámbito judicial se estima que la cifra real es más del doble, a causa de la acentuada práctica clandestina.


(Fuente: REUTERS)

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Puta

Las tetas, el vientre y la entrepierna le transpiraban. En la esquina de siempre se secaba el primer calor con un pañuelo amarillo a lunares borrados.

Detrás de ella, un Jesús infantil habría sus brazos pintados y una frase usada invitaba a la resurrección del alma. Era el mismo muro que separaba la escuela de su hija de esa calle tan trabajada.

Un cliente, una lamida, una ida, una vuelta. En días de calor las cucarachas aplastadas ya empezaban a decorar los tacones aguja y por alguna razón se cobraba menos.

Un fiat uno, una canción de Callejeros y un "¿Cuántos años tenés?". El telo de la vuelta, las mismas sábanas de siempre y la culpa de una madre agobiada frente a un niño frenéticamente desnudo.

Lo dejaría, cuando su hija tuviese la edad suficiente para entenderlo, lo dejaría. Y cosería, tal ves cosería. Su abuela le había enseñado bien, los dobladillos le salían a la perfección. Pero mientras tanto seguía. Chupaba, cogía, se mostraba, seguía. El asco era su peor enemigo pero seguía. Sin poder elegir, sin haber terminado el tercer grado, sin otro trabajo mejor pago... pero para que su hija pudiese recibir la educción católica que ella nunca tuvo, seguía.

Y el calor se fue atenuando con la noche. El viento fresco comenzó a correr y las gotas de transpiración a secarse. Restaban dos horas y el alzamiento general por el calor había bajado. Se bajó de los tacos, se puso el jogging y como si nada hubiese ocurrido, puso su mejor sonrisa caminó rumbo a su casa. Su hija la esperaba para hacer juntas la tarea.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Vómito verborrágico

Y el otro día me quejaba por la falta de inspiración y hoy tengo un ataque verborrágico de aquellos. De esos que al vomitar salpican.
Una de mis almas gemelas me pide que le explique el porqué del té con leche y me enojo. ¿Cómo se lo voy a explicar si ni yo lo entiendo? eso sería chamuyar y está prohibido por las leyes invisibles del periodismo.
Pienso en imágenes propicias para acompañar el post y no se me ocurren. Mejor no pongo nada. A veces las imágenes sobran, otras hacen falta, otras tantas mejor ni escribir.
A Charly lo tapan los murmullos de redacción pero sigue contándome de fantasmas. Lucho tiene razón hay una época de Charly que nunca muere y sus canciones nacen con cada situación.
Ayer volvía, a eso de las diez, de un fin de semana lujanero escuchando la radio y hablándo por encima (ahora que lo pienso es raro que no se hable por encima de la música, hasta en los recitales, siempre hay algún comentario para hacer) cuando me di cuenta que las canciones son cada vez mas universales. Eso o a mi me pasa de todo, pero siempre coinciden con lo que estoy diciendo, pensando, ocultando...
Cuento y son 53 los minutos que me quedan para irme. Hoy, lunes casi "cierrero" no hubo mucho para hacer, o me ganó de mano la publicidad o quedaron viejas mis ideas. Tal vez mañana renazcan, cual ave fénix (¿porqué todo el mundo utiliza la metáfora del ave fénix? ¿a caso no hay otro animal que reviva? tendría que decir algo así como cual ciclo de la vida que nace vaca y termina siendo abonito para el pasto que come su sobrina).
en fin, otro vómito verborrágico.

Delirio IV - interrumpido

La calesita de mi infancia me mira desde lejos. Me guiña una luz invitándome a subir... y le digo que no. Elijo que no. Debo decidir y opto por el no. Como cuando la mugre de Constitución vuela y mis ojos no quieren cerrarse. Es optar, jugar a tener la verdad. "Elegir es renunciar". Frase robada pero cierta. Y miro a los patos de Parque Centenario que podrían salir volando pero se quedan. Y eligen... ¿eligen o nunca les enseñaron a volar? Y me doy cuenta que uno no siempre elige. La mayoría de las veces, pero no siempre. A veces elige y esas elección conllevan otras no elecciones, pero que al fin y al cabo fueron elegidas.
Todo lo que no pude elegir pasó y también son parte de lo que soy. Me conformo con lo que elegí y con lo que no ¿Me conformo?
Soy una opción dentro de un mar de opciones.
Y el otro día elegí llorar. No siempre se elige, pero esa vez sí.
Soy masoquista. Leí para llorar. Si, otra vez Sinfonía para Ana. Pero cuando la sal de las lágrimas comienza a corroer el interior de mis pupilas, tuve la imperiosa necesidad de sacarlas.
Los ojos me ardieron pero me sentí más humana. La imposibilidad de llorar, ya me estaba preocupando un poco.
Soy de las que piensan que no importa si la superioridad le pertenece a la imagen o a las palabras, mientras que te mueva bien el piso.
¿Las estatuas habrán elegido estar quietas? ¿Será por que no tiene nada que decir? ¿o por que lo dicen de otra forma?
Regular, equilibrar, es la clave. ¿Clave de qué? Si los extremos son tan sabrosos, por no decir adictivos... Por algo los viven los poetas, lo disfrutan los artistas, lo desean los que piensan que la normalidad existe... porque equilibrar será bueno, pero aburre y como.
Como quedarme quieta. Quedarme quieta me aburre. Rogar también me aburre... e irme solo quince días de vacaciones más....

- Nena, Nena. Son las nueve, el parque cierra a las nueve. Te tenés que ir.

Solo escuché que pronunció nueve dos veces pero igual me paré, haciendo un ademán de irme y volviendo a conectarme la música en los tímpanos. Seguí a la poca población que había en el parque hasta la única salida abierta, la del mástil. Me encaminé hacia la facultad y pensé, la facultad a veces también me aburre...

Y la rosada por fin fue rosada...

El sábado fue un día de colores. Me propuse escribir la mejor crónica de mi vida de esa marcha de orgullo gay que por más que no sea mía, fui a acompañar, a divertirme, festejar, vivir con esa gente hermosa y sobre todo ser una más que escuche sus reclamos y los grite junto a ellos. Es que todavía no entiendo cual es el problema de que se casen, ¿a quien molesta? Y si dos mujeres quieren ser mamás o dos hombres papás ¿Qué problema hay? cuando hay tantas familias heterosexuales disfuncionales, padres que golpean a sus hijos, madres que los maltratan, chicos que se mueren de hambre o que ven la vida pasar en un sistema de adopción totalmente mediocre que los deja afuera de ese sistema taaan correcto que los conservadores defienden.
Pero mi idea no es hacer polémica (o sí), pero cuando me senté a escribir esa tan deseada crónica, me llegó un mail de mi amiga MeMe Masseroni con la crónica de Cristian Alarcón (Cuando muera quiero que me toquen cumbia) y literalmente me cagué. Si, hasta las patas, representó tanto todo lo que viví que no pude escribir nada. Me trabe (o tragué) emocionalmente todo lo que había pensado. Tal vez, en algún futuro, en alguna otra marcha podré escribirlo (prometo no leer nada antes), pero esta vez me ganó Alarcón. La verdad, cada ves lo admiro más.
Aquí va, para que lo disfruten como lo hice yo,

"Eva Perón me saluda desde el camión danzante de las chicas con un tocado que no envidiaría ni ella misma, la Eva amiga de los “putos peronistas”. La miro porque saluda perfecto, con la mano durita en alto. La blusa negra a lunares, el corset, el escote, todo la enaltece. De pronto le veo cara conocida. Y... ¡sí! ¡Es la mismísima Belén Correa! ¡La Correa, mi travesti reina de los noventa! ¡La Belén, exiliadísima en Nueva York desde que demostró que acá la policía no la dejaba vivir sin prostituirse! Sueño dorado hecho realidad –volver y ser millones–, la Belén se menea y la multitud –25 mil, 30 mil, 40 mil, ¡qué importa!– pasa a su lado con una alegría que parecen todos gays, lesbianas, travestis, bisexuales e intersexuales. La Marcha del Orgullo es un carnaval de reclamos –casamiento, identidad, derechos–, pero sobre todo una fiesta que embellece una vez al año esta bendita ciudad." sigue aquí