sábado, 26 de septiembre de 2009

Umbral de soledad


A veces la soledad es una elección. Uno está rodeado de gente hermosa las 24 horas del día pero está ese umbral que te separa de la acción. Sin embargo no es una inacción. Es la decisión de respirar un aire distinto, que tan solo contiene oxígeno para una persona y que se llena del dióxido propio. Una sonrisa y el "claro, entiendo" justo para que nadie dude de nuestra existencia. Un soplido cuando la clase se hace larga y un beso con un "buen fin de semana!" para que sepan que te preocupás por alguien más que vos... pero es tuyo, es tuJustificar a ambos lados momento sin tiempo. Es esa realidad paralela tantas veces discutida.
A veces alguien que se da cuenta y te pregunta si estás ahí. Pero aunque busque la pupila en el blanco de tus ojos, la respuesta será una mentira más, otra frase que tu umbral responde para dejarte tranquila.

Y en ese umbral de soledad, las relaciones son extrañas. Las palomas se turnan para bañarse en la palangana que les regaló María y yo revuelvo un vaso con el tallo de un clavel. Todas jugamos en el agua sucia y mientras ellas secan sus plumas, yo caliento mis pestañas al sol. Odio las palomas, me regocijo cuando mis perra corre descontrolada tratando de agarrarlas y siempre ruego por que vuelva con una sobresaliendo por los cosados de su boca. Pero hoy no, hoy las miro con la misma sonrisa que les regalo a los carritos repletos de niños nacidos a principio del invierno. En este, mi momento de soledad, solo quisiera que me regalasen ese secreto...estar con la piel mojada y el cuello escondido, secándome al sol, sin titiritar de miedo.

martes, 8 de septiembre de 2009

Arenero


Lo que para vos es mala palabra, a mi me hace reír. Vuelvo caminando de la plaza y me acuerdo de esa sensación de arena húmeda impregnada en las medias. Eran dos cuadras de incómoda caminata, para llegar y vaciar la lata de juguetes de Mc Donalds en la bañera y seguir inventando historias. Hoy me vuelve ese medio miedo con gusto de emoción cuando se hacen las ocho de la noche. Es mezcla de escalofrío con excitación por lo que vendrá. Aunque ya no corro por agarrar el pela papas para ayudar a mamá y estar cerca de la puerta cuando mi papá llegue con su traje ya arrugado, siento la misma sensación de incertidumbre ahí, donde la panza nace. Algunos la llaman crisis de inmadurez o efecto Peter Pan, yo lo llamo olores y situaciones que me hacen volver a aquello que era tan simple como querer que la calesita dure una vuelta más.Querer que sensaciones, olores, gustos y juegos vuelvan, no es querer volver al pasado. Es querer incorporar la memoria al presente y al futuro. No me da miedo olvidar aquello que pocas veces recuerdo, más aún, lo disfruto más cuando aparecen cada algunos años, como el recuerdo olvidado. Me da más miedo pensar que esas sensaciones solo están dentro mío, irrepetibles, impenetrables, intransferibles. Nunca, ni con las palabras más acertadas, voy a poder acercarme a su exacta descripción. Lo que se siente nunca se puede contar. Lo que el ser humano intenta describir es un mero reflejo de aquello que siente, no es más que una imagen proyectada en un charco de barro recién pisado. En el fondo, uno siempre sabe que lo que cuenta es un diez por ciento de lo que alguna vez llegó a sentir. El significado nunca llegar a volcarse en las palabras.

martes, 1 de septiembre de 2009

Gitana

Cruzando la esquina de seis calles, una gitana rozo mi brazo y sin saber si le hablaba al aire o a mi dijo: "no has de temer lo que no puedes superar y menos lo que nunca has de olvidar, solo has de temer a lo que deseas con tanta fuerza que solo en tus sueños llegará a satisfacerte". Y enseguida rompí en llantos.