No le pidas que duerma con los ojos abiertos porque no es
posible. Los sueños no son los mismos, no le agradan, nunca se cumplen.
Ana giró la cabeza, la torció lo suficiente como para que se
le desprendiera. Los músculos se tensaron, la piel pidió ser arrancada, el
dolor se volvió costumbre. Sólo quería girar sus pensamientos, tornarlos hacia
el otro lado, el lado que debía ser. Como si la mental se construyera en
semejanza a la fuerza física, entendiendo que el cerebro es un órgano que puede
ser entrenado. Entendiendo que el corazón, aunque simplemente fuese la máquina
de bombear, también.
A Ana la llena el pasado inventado y el futuro con pocas
oportunidades. De todos los vicios, es su preferido. El que más sonrisas le
saca. Aunque lamenta que su eje principal sea la falta de realidad. Ana es
fantasiosa, pero no tarada. Sabe que lo que hace está mal. Sabe que le podrían
cortar las manos por ello. Pero al final nunca le importa. Al final vale más
ese viaje con sueños que los callos por caminar descalza y sentir el suelo.
Ana, solo ella, sabe su destino. Y lo acepta, por la simple
razón de no tener el valor para cambiarlo. Escupir para arriba, y no tener la
fuerza para moverse, siempre trae el mismo resultado.
Ana finalmente pide que le corten la cabeza, es la mejor
solución. El andar del cuerpo será más liviano y los pies no tendrán callos por
la falta de sobrepeso. Pero antes de arrodillarse, sonríe una vez más. Ana está
pensando en su pasado imaginario, el futuro con pocas oportunidades ya dejó de
ser una opción.
Ana debería de releer sus tan buenas notas.
ResponderEliminarNo sé si es ud, Ana.
Pero qué bueno es encontrarse
con tantas oportunidades de.
Me gusta mucho su blog.
Ud es Ana?
Abrazo.
Nicus
Muchas Gracias Nicolás Nunca. Yo soy ana. Y soy tantas otras. Gracias nuevamente por tus comentarios.
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