Y jugué a serte
pero persiguiendote en círculos
omití que tu ya no estabas
Y a veces llegan...
es de tanto pensar
pero luego se marchan
dejando surcada de amargo mi cara enegrecida
lastimando con su salitre mis heridas nunca marchitas
Y reviento mis manos en un apretón sin palmas
con dedos retorcidos que intentan tapar la sangre de mis culpas
Y llovió sobre ácido no disuelto
desintegrando la semilla que prometía crecer
Y Desnuda supiste convencerte que eras libre de tus actos
Pero eres presa de tus pensamientos
Y Gemiste tu declinación
que pestilente angustió tu calma
Y llovió sobre tu espalda
un peso que no resbalaba
nunca le pidas dinero a la muerte
pues prefiere cobrarlo en persona
ambivalente tu izquierda
siempre será derecha
ceñuelo de una trampa sin marcas
pisas el suelo y yo te dejo
te quiebras aunque sabes ya no eres entera
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