Ronca de silencios, cruda por una envidia ardiente que secretamente me ha dejado mordeduras, grietas, fisuras inalterables.....
La febril decadencia del no-espíritu me lleva al cruce paralelo de la vida,
Veo una visión demacrada por la muerte en vida,
que ilusa, frente a mi un espejo; frente a mi, mi ser.
Una procesión de logros inacabados me persigue en vida,
como si el arrepentimiento hubiese llegado antes que los errores
y la condena de una vida post-mortem se me hubiera presentado al nacer.
El dolor del crecimiento de las alas pueriles me refriega la falta de un edén,
me pregunto cuál será la duración exacta del después de la vida,
es que ya no soporto las estatuas que despiertan con sus pasos de vida a los moradores de la muerte,
como si el respeto que en verdad merecen estuviese cargado de abismos, sumergidos en un tráfico de almas corrompidas por la sexualidad.
Tan solo pretendo encontrar ese decir del silencio absoluto,
ese tan solo capaz de ser encontrado por una guía perdida que lleva a todos, sin saber, al mismo cruce, a la estación de la desigualdad legítima y de las muertes perdidas.
Que me lleva a la deriva, naufragio en tierra seca.
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