lunes, 13 de abril de 2009

Pasos

Llegás al final del día con un solo suspiro largo y tendido. El mismo que te ayuda a apoyar la cabeza en la almohada sin el golpe seco en tu nuca. La espalda te reclama por las horas de curvas y tu voz se conjuga con el dolor de cabeza para no dejarte pensar. Los huesos crujen, la saliva se hace espesa y sentís tener más años de los que marca el calendario. Pensás que así no vas a durar mucho, que eso de ser responsable al fin y al cabo no estaba tan bueno. Que nadie te dijo de las horas sin dormir y no porque la noche anterior quisiste no acostarte, que nadie mencionó que el cansancio te quita las ganas de sociabilizar y que lo legal está más cerca de tu vida que de la de los abogados. Está claro, crecer implica mucho más que no pedir derecho para hacerte las tetas o poder no volver a casa, aún sin decir adiós. Crecer implica tantas satisfacciones como fracasos y tantos almohadones mojados como hojas de diario íntimo repletas de éxitos. De niña malcriada a joven mal aprendida. Todos damos más de un paso a la vez.

1 comentario: