lunes, 2 de noviembre de 2009

Ciega


Es difícil que te vean cuando uno no ve. Caminás por la calle y los pies ajenos te hacen tropezar. Es difícil que te vean cuando la mirada barre el suelo. Nunca levantás la mirada del suelo para enfrentar los ojos ajenos. Es esa vergüenza que producen las pupilas ajenas, como intentar construir una torre de rastis desde la cima, sin una base que la sostenga, apoyando los pequeños bloquecitos en el aire, con la intención de que se sostengan solos. Aunque los ojos se hayan inventado para ver, aunque la miopía solo te ciegue el setenta por ciento de tu vista, el problema no es la falta de su uso, sino la lluvia interna que no te deja mirar y menos ver. Como cuando jugás al truco y todos te alagan por las buenas manos que te tocaron, pero vos no sabés diferenciar un siete de basto de una reina vanidosa.

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