martes, 18 de diciembre de 2007

DIARIO DE VIAJE - PARTE I - CAPITULO III


CAPITULO III: La retirada

Cuanto más amor tiene uno por su ciudad natal es cuando vuelve a su vientre. Bajar del puerto, oler esa esencia porteña que solo diciembre y febrero tienen. Esa sensación de humedad usada, donde hasta el olor a basura es por un instante perfume. Cuando uno vuelve siempre pasa por los monumentos más destacados. Ya sea por su ubicación o por la de uno, pero es cuando uno promete convertirse en turista en su propia ciudad sabiendo que hay tantas cosas para conocer.... esa promesa se vuelve ficticia cuando después de unos días de rutina uno extraña la playa, la montaña o donde sea que haya estado.
El primer día en la ciudad propia siempre es un día de felicidad. Reencuentro con la gente que se quedó, volver a vivir las calles del barrio, la familiaridad de las caras desconocidas.... todo es nuevo y viejo al a vez y en ese sabor agridulce uno se encuentra realmente.
La vuelta muchas veces son difíciles, agotadoras, sobradoras... uno piensa por que no se habrá quedado unos días más pero por otro lado sabe que necesita estar en su lugar.
La cama de uno lo espera con los pozos nuevos que serán vueltos a llenar después de unos días de vacío y las cosas, si no hubo una mano molesta de por medio, yacen tal cual uno las dejó.
Uruguay ha quedado atras...
Es bueno estar de nuevo en casa... aunque sea por poco

PRÓXIMAMENTE:

DIARIO DE VIAJE PARTE II – NORTE ARGENTINO Y BOLIVIA

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