lunes, 6 de junio de 2011

Cómo contratar un novio


Los domingos, después de leer el diario y antes de sumergirme en el maravilloso mundo de Cuevana.tv, suelo leer las notas “info tontas” de los portales web. Y fue exactamente hace una semana que, sin querer queriendo, leí “Cómo casarse con el hombre de tus sueños”. La nota no era más que un resumen refrito de un libro de autoayuda. Es así que mientras me comía media docena de churros sin culpa decidí analizar punto por punto.

1. Cada mujer debe pensar en qué atributos “realistas” quiere encontrar en un hombre.
Dale, vamos a cada cita con la listita hecha. Músculos si, pero no tanto. Inteligente y que le guste el fútbol pero en dosis pequeñas. Que sea sensible pero no metrosexual. Que se banque a mis amigas, que rompa con los estereotipos, y así podría seguir por horas… Seamos realistas pero en serio, hay que ceder: las pancitas de cerveza cuando se las mira con amor son tiernas y esta bueno que se tome un fin de semana entero para ir a la cancha. Cuando se le pone un poco de voluntad, la lista se va armando a medida que la relación se va formando.

2. No abalanzarse y hacerse ilusiones sólo porque nos parezca atractivo. Dice que el hombre ideal existe, pero es uno entre cien.
Es verdad que el hombre ideal es uno entre cien (yo diría entre miles) y es verdad que abalanzarse, y sobre todo hacerse ilusiones, no nos sirve para nada, pero soy de las que les gusta el riesgo. Y aunque mi suelo dármela contra la pared aún cuando hay cientos de señales al costado del camino, prefiero estamparme la ñata contra el ladrillo.

3La mujer debe estar siempre preparada para abordar una conversación de manera memorable, no pidiendo la hora o hablando del clima.
Ok. No más “¿Tenes hora?” o “¿Me darías fuego?”. Descartemos el chamuyo barato que a nosotras tampoco nos gustan. Estoy a favor de “romper el hielo” (o mejor dicho derretirlo), pero seamos realistas (de nuevo) la mayoría de los hombres huyen despavoridos cuando los intentás levantar.

4. Lo más importante es que la mujer se dedique a escuchar sin interrumpir. Aquellas que hablan demasiado no interesan a los hombres.
Ah no. No señora y no señor. Yo hablo, hablo mucho y el que me quiere que me escuche. Obvio que también escucho, pero tiene que ser 50, 50. Hablás vos, pregunto yo. Hablo yo, preguntás vos. Así es la cosa.

5. La llave de su corazón es balancear los halagos con las críticas.
¿Llave del corazón? ¡Alguien sáquele a esta mujer las poemas que vienen en el chocolate! Quien alguna vez haya estado enamorada sabe que cuando el bichito te picó es difícil que él tenga algo malo. Pero con el tiempo, la pata sobre la mesa empieza a molestar y el eructo deja de ser un chiste. Es cuestión de aceptar y ser aceptada.

6. La perseverancia es la clave para encontrar al hombre ideal, sólo hay que saber enfocar la búsqueda.
¡Odio la perseverancia! Digamos no a la perseverancia y si a las salidas con amigas, quizás en medio de un boliche aparece tu sapo azul y le podes contar a tus nietos, “a tu abuelo lo conocí en un baile”.

(Publicado en el Diario La Unión el domingo 5 de junio de 2011)

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