sábado, 7 de julio de 2007

DE GIRA. AUNQUE "DEMOLICIONES" SALDRA EN SETIEMBRE, YA LO PRESENTA POR EL INTERIOR DEL PAIS. ESTA NOCHE, EN SAN NICOLAS.
Antonio Birabent: "Tengo una nostalgia alegre"


Actor y músico, en su décimo disco, "Demoliciones", aborda sus valores y sus utopías, que lo pintan de cuerpo entero. Mediocampista, ya no practica el fútbol pero reivindica su espíritu colectivo.


Cualquiera podría decir que la escena estuvo guionada. Pero no. En el mismo momento en el que él, en un mágico rincón del bar, dice que "en medio de tanta demolición, emociona descubrir en pequeños detalles que no todo está perdido", alguien le pone el cuerpo a uno de esos detalles. Un señor, de tantos años como bellas arrugas, detiene en la barra su paso lento y agradece haber podido pasar al baño sin haber consumido. El señor se va. Y Antonio Birabent repite: "¿Oíste lo que dijo? Le dijo al dueño lo felicito por la casa, el baño y el lugar, que es muy sugestivo. Mirá qué palabra usó para elogiar... Esas cosas me conmueven".Es una mañana soleada y el café con leche entona la charla, con caras conocidas, como las de Marilyn Monroe, que ofician de testigos eternos desde la pared. Frente al Zoológico y con el tiempo de su lado —y un lenguaje exquisito, casi visual—, hilvana una serie de frases, que, desde la sintaxis y el contenido, delinean su perfil: "Yo tengo una melancolía y una nostalgia constantes. El hilo conductor de la música que hago tiene que ver con eso, con una evocación de las cosas que pasaron, de las que viví y de las que no viví también. Tengo una nostalgia alegre, una nostalgia por una Buenos Aires que no conocí, que no transité. A partir de los libros, de las fotos, yo intuyo una ciudad que ya no está".¿Te hubiera gustado vivirla?Sí, es el deseo máximo. Si hubiera una posibilidad, me encantaría ubicarme en la vieja Buenos Aires.¿Y tomarías un café por dónde?Caminaría. Caminar es uno de mis programas favoritos. Una de las cosas que me siguen fascinando, y que tiene que ver con estar despierto. Caminando la ciudad comprobás que todavía hay espacios planteados en otro tiempo.Su disco anterior, claro, se llama Tiempo y espacio y de eso habla en parte, de las emociones que provoca la trama urbana. El próximo —terminado de masterizar la semana pasada—, será, curiosamente, Demoliciones. Otra, tal vez, de sus sanas obsesiones que lo llevan de la sensación a la palabra escrita y de la palabra escrita a la dicha. A la palabra dicha y a la dicha como palabra."Hay una canción, que se llama como el disco —el décimo, que saldrá en setiembre—, que dice que la memoria salvó a las personas de las demoliciones. Y tal vez ése sea el mensaje central: cómo la memoria, la pertenencia a un lugar y la noción de esa pertenencia es la que nos puede salvar de la destrucción", entiende el hombre que admira a "Bob Dylan, Javier Martínez y Jaime Roos... Son tipos que cantan algo muy íntimo y logran que esa intimidad tome un sentido colectivo".Nacido en la Argentina, crecido en España, cuenta que de chico idolatraba a Sting y a James Dean. A uno lo imitaba tocando con una raqueta y del otro lo seducía el espíritu de rebeldía. Claro, lo sabe, el artista que fue modelando tuvo un referente directo, en más de un sentido, en su padre, Moris, pionero del rock argentino. "Hasta los 20 fui guitarrista de su banda y a partir de ahí anduve mi propio camino", define quien comparte que escribe "leyendo, anoto mucho en los márgenes de los libros".Atrás quedaron sus tiempos de mediocampista. El fútbol, ése que "por edad" ya no jugará, representa "el ejemplo perfecto del espíritu colectivo y de la amistad entre los hombres. Me emociona cuando un rival levanta a otro del piso. O cuando alguien que va a patear un penal a un arquero que fue compañero suyo, después del gol va y le dice algo bueno".La suave música de fondo invita al medio tono, ese con el que revela una de sus ceremonias íntimas: "Cuando me meto en la cama, a la noche, me tapo y aunque no esté hablando con alguien digo bueno, ahora no me moleste nadie... Y conversando con unos parientes me enteré que eso es muy de los Birabent. Me gustó reconocerme".De sólidos trabajos en Verdad consecuencia, Epitafios y en el Mujeres asesinas de esta semana, abriga la teoría de que "soy una persona con una emoción contenida, por eso a veces me desbordo fácil con situaciones conmovedoras que no me tocan directamente. Me pasa con historias anónimas de personas que trabajan y viven con mucho esfuerzo o cuando escucho por enésima vez el relato de Víctor Hugo (Morales) del gol de Maradona (a los ingleses). Con esas cosas lloro".¿De chico llorabas?No, es algo de ahora. Algo así como una acumulación en el tiempo.

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