miércoles, 11 de junio de 2008

PARÍS PARÍs PARís

PArís París parís

pa-rí-s p-a-r-í-s

PaaaRíííS Paaarís Ppparís

Hay miles de formas para decirlo, una sola para sentirlo.
En una tarde como la de la foto, en la cuál los paraguas no paraban la lluvia horizontal, ni el agua nieve helado, llegué a París.

No me sorprendió, me agotó. Caminé unos pasos, crucé un puente, vi nublarse las luces que acompañaban al río y suspiré al llegar a Notre Dame.

"París en primavera debe ser diferente", pensé.

E imaginé el sol...

Sentí que me cacheteaba y me calentaba una oreja.

Volví.

El frío ya no me molestaba. Camine de la mano conmigo misma

y sonreí.

Al fin y al cabo estaba en PARIS

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