martes, 18 de agosto de 2009

Sandia calada y colorada


“siempre serás la que se me escapó”, me canta la pantalla y yo en vez de llorar río como una estúpida. Siempre hay una que se te escapa, o en mi caso unos cuantos (cambio de género y a plural). Acá no es cuestión de lástima sino de evitar que la mediocridad sea tu peor enemiga. Cuando era chica trataba con incoherencia no ser la primera en dormirse en los pijamas parties y terminaba siendo la última, con los ojos de huevo, mirando al techo y rogando por mi mamá. De eso se trata. De no borrar las fotos de tus ex de la computadora porque directamente no las ves más. De no imaginar vacaciones infructuosas que solo se cumplen en la mente, porque no solo no hay plata, sino que tan solo son sueños. Las fiestas están hechas para esperar, para contar y para llorar. No importa si son fiestas navideñas, fin de año, cumpleaños o alguna santísima trinidad que nos concede un feriado más. Y los fines de semana largo son eso. Y semanas más cortas donde los compromisos se apelotonan como las bolitas de la lana. Mejor hacer que sentarse a esperar. Mejor sacarse la pelusa del ombligo antes que crezca esa plantita que siembra la duda… ¿Se te metió o no la semilla de la sandía?

3 comentarios:

  1. Estoy con vos, siempre es mejor hacer que sentarse a esperar... Y lo que se nos escapa será porque algo mejor nos espera...

    Te quiero amiga!

    Nos vemos el sábado =)

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