martes, 25 de agosto de 2009

Tu peso

La obsesión nunca es buena, ni siquiera cuando se trata de chocolate. La venganza tampoco, ni la ira, ni la bronca, ni el amor justificado. Son todos trances que desgastan al ser en su búsqueda por un sentido paea la nada. Es como criar un enemigo interno, es negarse una mayor cantidad de momentos de felicidad expandida, es quizás, no quererse. Como querer empacharse de veneno aún sabiendo que al final no es más que jugo de manzana. Solo sirve para engordar unos kilos más y que el raciocinio se termine de mezclar con los sentimientos. Al final, el peso siempre nos hunde.

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