jueves, 21 de mayo de 2009

con gusto a pasado

Recién te vi. Fue como si el tiempo no hubiese pasado, hasta tu pelo duro parece seguir queriendo ser maceta. Recuerdo el bom o bom que me diste, como me esperabas en la puerta de tu edificio, vos con doce y yo con diez, a que volviese de mi doble turno de colegio. Te recuerdo sentado en el banquito del video, recomendándome películas de terror que yo alquilaba y nunca veía por que les tenía pánico. Y ahora, quince años después, trabajás en la florería de la esquina. Te paraste en la puerta con un delantal verde oliva claro y un pedacito de tallo de margarita en la boca. Obviamente conocés a todos los vecinos así que no hace falta que te dirijan la palabra para que saludes a su perro, le preguntes por la cadera de su marido o les alcances el sobre que todos los meses llega mal a tu casa por la culpa de un número de diferencia.En el camino de vuelta a casa compré dos paltas por cinco pesos. Desde el principio tenía en claro que no serían como las de Coroico, Bolivia, que por cincuenta centavos te llevabas el árbol y el gusto más increíble que haya probado. Pero tenía ganas de comer sándwich de tomate, queso y palta. Llegué con hambre de lechón para darme cuenta que no había ni pan ni tomate. Me calcé las botas sin medias y salí corriendo a comprar lo que hacía falta. Y ahí fue que te vi, Matías, cabeza de maceta, el primer niño que me robó el corazón. Con las mismas pecas, aunque multiplicadas, y la misma sonrisa. Pasé rápido, miraste pero no creo que me hayas reconocido, solo una mujer se acuerda del primer muchacho que le robó el corazón para luego tirarlo en la vereda y salir corriendo a jugar un picadito en la plaza Guadalupe. En fin, ya llena de palta y tirada boca arriba, sonrío porque mi almuerzo tardío tiene un poquito de gusto a pasado.

1 comentario:

  1. Muy bueno, me gustó el blog. Cuándo llegó a uno nuevo suelo ir a ver qué hubo en su primer mes, me gustó "Quién lo conoce a Juan", es una pena cotidiana.

    Me gustó la biografía también. Preciso alguien que me haga una de esas.

    Yo una vez me comí una palta con gusto a pasado, pero no, estaba podrida nomás.

    (un comentario final con una mala onda terrible. comentario de retrogusto amargo, podríamos decir)

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