martes, 30 de marzo de 2010



La felicidad brasilera es genética. Pero contagiosa. Por eso me tomo unos días de inspiración para volver con palabras bronceadas.

1 comentario:

  1. Bueno, que disfrutes mucho de la alegría más grande del mundo. Así, cuando regreses al tango más grande del mundo, podemos leer de tus sensibles textos.
    Gustavo

    ResponderEliminar