Como si respiras profundo y luego tu cuerpo se olvidase de como exhalar.
Vez pasar una hoja seca y piensas que tal vez se cayó de tu cabeza. Tu mente vive un otoño tierno.
Y cuando una chispa queriendo ser fuego se prende en tu interior, caminas con la cabeza en alto, sin importar que tus dedos estén desorientados creyendo volar.
Y vas, voy, vamos rumbo a una vida que no sabemos si es nuestra... pero con el paso onduleante, firme vas...voy...
Intentas sentir pero no sientes,
solo la nada y no sabes cual es tu trabajo en ese vacío.
Intentas buscar a alguien que en el camino te sepa responder tanta intriga y tan poca historia.
Cansada de ser, buscas un hijo ficticio para amamantar. Así lo harás tuyo.
Como si fuese posible, te revuelves por dentro y buscas las víceras perdidas.
Una vez encontradas, recuperas ese soplo perdido.
Mientras te sepas tuya, no habrá dolor que duela más que el de los años perdidos.
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