lunes, 3 de noviembre de 2008

Y la rosada por fin fue rosada...

El sábado fue un día de colores. Me propuse escribir la mejor crónica de mi vida de esa marcha de orgullo gay que por más que no sea mía, fui a acompañar, a divertirme, festejar, vivir con esa gente hermosa y sobre todo ser una más que escuche sus reclamos y los grite junto a ellos. Es que todavía no entiendo cual es el problema de que se casen, ¿a quien molesta? Y si dos mujeres quieren ser mamás o dos hombres papás ¿Qué problema hay? cuando hay tantas familias heterosexuales disfuncionales, padres que golpean a sus hijos, madres que los maltratan, chicos que se mueren de hambre o que ven la vida pasar en un sistema de adopción totalmente mediocre que los deja afuera de ese sistema taaan correcto que los conservadores defienden.
Pero mi idea no es hacer polémica (o sí), pero cuando me senté a escribir esa tan deseada crónica, me llegó un mail de mi amiga MeMe Masseroni con la crónica de Cristian Alarcón (Cuando muera quiero que me toquen cumbia) y literalmente me cagué. Si, hasta las patas, representó tanto todo lo que viví que no pude escribir nada. Me trabe (o tragué) emocionalmente todo lo que había pensado. Tal vez, en algún futuro, en alguna otra marcha podré escribirlo (prometo no leer nada antes), pero esta vez me ganó Alarcón. La verdad, cada ves lo admiro más.
Aquí va, para que lo disfruten como lo hice yo,

"Eva Perón me saluda desde el camión danzante de las chicas con un tocado que no envidiaría ni ella misma, la Eva amiga de los “putos peronistas”. La miro porque saluda perfecto, con la mano durita en alto. La blusa negra a lunares, el corset, el escote, todo la enaltece. De pronto le veo cara conocida. Y... ¡sí! ¡Es la mismísima Belén Correa! ¡La Correa, mi travesti reina de los noventa! ¡La Belén, exiliadísima en Nueva York desde que demostró que acá la policía no la dejaba vivir sin prostituirse! Sueño dorado hecho realidad –volver y ser millones–, la Belén se menea y la multitud –25 mil, 30 mil, 40 mil, ¡qué importa!– pasa a su lado con una alegría que parecen todos gays, lesbianas, travestis, bisexuales e intersexuales. La Marcha del Orgullo es un carnaval de reclamos –casamiento, identidad, derechos–, pero sobre todo una fiesta que embellece una vez al año esta bendita ciudad." sigue aquí

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