lunes, 29 de diciembre de 2008

Bienvenidos a Culimundi

Culimundi no queda en el culo del mundo. Es más, queda bastante cerca. Culimundi se ubica en el Partido de Moreno, Provincia de Buenos Aires.
Los metros cuadrados que ocupa no los sé, pero para simplificar se podría decir que aproximadamente una manzana porteña. Tras sus muros verdes se encuentran tres casas, una pileta redonda al estilo estanque, una pequeña lagunita con peces que no te saludan al pasar y un par de proyectos más, a medio terminar o en su esplendor máximo. Las flores de Culimundi también tienen su propia atracción. Pasear entre ellas es una especie de vivencia salvaje mezclada con abejas de confettí de Disney.
Cada año, a fines de diciembre, los pobladores de Culimundi realizan un festival de artes. Danza, teatro, monólogos, y cualquier otro "arte" o intento de arte que ellos, o sus invitados quieran exponer. Como dice uno de sus máximos ciudadanos, Rodo, es un rato para olvidarse de la crisis, los malos pesares y cualquier otra cosa que puede estar zumbando los oídos. No importa si la risa se había olvidado de aparecer el resto de la semana o si la angustia se había anudado en la panza. En el festival de Culimundi (que aún sigo sin saber su nombre) todo parece verse con los ojos cerrados al mundo exterior. En esta ocasión, que me tocó participar como público de manos duras por aplausos, pude presenciar monólogos sobre las mujeres desnudas, parejas enamoradas en serio que hicieron suyo el jazz y hasta divertidos zapatos con chapitas, que encima de una pista improvisada con mesas de pingpong, supieron marcar el ritmo ante un silencio digno de eco.
Es que una vez por año, aunque sea una, hay que ir a Culimundi y olvidarse que afuera, hay otras cosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario