lunes, 8 de diciembre de 2008

Delirio VIII

Y sin saber que la perdí, la pierdo. E n una estación de tren larga y fina, con guantes de hule recojo boletos de personas sin historia. La canción se me repite, rodando en mi cabeza, con infinita pobreza, me pierdo en una letra condensada de clichés.
Nunca quise ser tuya, pero en el juego de palabras me trastabille y dos mil veces en celo terminé siendo yo la que te persiguió. Ahora me río, con carcajada real, frente a recuerdos olvidados, ahorcados por mis fantasías.
Como mago que ve a su conejo suicidarse, colgándose de un pañuelo rojo, no se como sería esta nada sin vos. Tal vez más blanca, menos sumisa. Los carteles no indicarían lugares , los preguntarían con la libertad de no saber a quien corresponder. Pero mis manos, mis manos enfundados en guantes de hule, se sentirían solas, sin piel que rozar y sin puños que apretar.

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