viernes, 26 de diciembre de 2008

Lo mismo de siempre

¿Por qué siempre el mismo bar? ¿Por qué no adoptás esa espontaneidad que tanto te gusta y viras hacia otros rumbos? Te contradecís, todo el tiempo te contradecís, porque levantas la bandera del no a la rutina, a la monotonía y siempre terminas en el mismo lugar. Una y otra vez te decís que tiene sus beneficios. Que van tus amigas y amigos, que conocés a la gente que trabaja ahí, que la cerveza te sale más barata y en tiempos de bolsillos rotos siempre conviene, pero no te convencés, intentás, pero no podés. Terminas yendote antes, con cara larga y prometiendo no volver a pisar ese lugar que al otro día seguramente visitarás. Es que es lo mismo de siempre, y de la costumbre es difícil escapar

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