viernes, 10 de abril de 2009

No sos vos, no soy yo, somos los dos


Entendélo de una vez por todas flaca, me encantas, pero solo eso, me encantas. Me fascina ver como las sábanas se enredan entre tus piernas, como dormís sin corpiño pero con el coulotte puesto por que te da pudor. Tu espalda siempre tiene olor a cuerpo cuando el sexo ya pasó de moda, y te quitás las lentes de contacto para no verme hasta la mañana siguiente. Me pone de la nuca la cara que ponés cada vez que te traigo el flan Ser sin el pote de dulce de leche La Serenisima colonial (por que si acaso llego a tener el actual, me lo tirás por la cabeza) y empezás con tu teoría de que el flan sin dulce de leche no es flan y que al ser Ser por lo menos no engordás tanto como con el normal, el de Nestlé, que igual no lo necesitás, y podrías comerlo tranquilamente.
Sos una bomba a punto de explotar. Entrás a mi casa con esa mirada de ni se te ocurra acercarte pero terminás cediendo, los nervios te terminan cediendo, y caes rendida en el sillón. Pero es solo eso, me encantás, por que no te amo, apenas te quiero. Ojo, sos una mina espectacular, me caes super simpática, mis amigos dicen que estás barbara aunque piensan que sos un poco pendeja. Pero es eso, te necesito para decorar mi cama semi vacía y para que las horas no sean tan pesadas. Perdonáme, pero es la verdad.
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No, perdoname vos a mí. Es que tendría que haber sido más franca con vos. Sos el clavo que saca a otro clavo. Ojo! Un clavo importante eh, no sos cualquier chinche que anda tirada por ahí. Me caes barbaro, con vos me muero de la risa. Es verdad que las horas son más livianas y no me molesta decorar tu cama de vez en cuando. No son nervios los del principio, parecen, pero no. Es no saber si estoy haciendo lo correcto. Pero la vida es una y hay que vivirla con alegría, como decía Palito ¿o era el Topo Yiyo? La cosa es que creo que estamos en la misma. Compañía. O no querer estar solos. O no saber estar solos. O tener miedo a la soledad. O solos. Pero igual la pasamos lindo ¿no? Podemos seguir así, total mal no le hacemos a nadie, ni a nosotros mismos. Es lindo sentir tu cuerpo desnudo pegado al mío… ¿Alguna vez imaginaste que era otra persona? Yo… no sé… me parece que ya es demasiada sinceridad decírtelo… pero si, mi mente me las jugó un par de veces.
Quedamos iguales, como cuando nos tocaba late en los tazos de los cheetos. Estamos iguales, los dos no queremos lo mismo o buscamos lo diferente. Somos lo mismo, queremos lo mismo, pero no nos da lo mismo. Ya sé que no sos vos, no soy yo, por suerte somos los dos.

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