miércoles, 1 de abril de 2009

Mirote

Entrás por lo menos una vez por clase. No decís nada, generalmente son tus compañeros lo que hablan. En tu remera negra, sin inscripciones sin nada (sospecho que tu placard entero es así) y con las manos en los bolsillos de tus jean claros y rotos. Sonreís un poco cuando tu amigo tiene un acto fallido (siempre andás con el mismo) y repartís papeles que nadie, o casi nadie, lee cuando el te lo indica. Tus ojos son grises o verdes, o verdegrisosos, como el río de la plata. Tu risa no es linda, es tímida, pero contagia. Generalmente miras al piso o al techo.
Cuando no estás recorriendo las aula, te sentás en el banco vencido de la puerta de Ramos y escuchás, escuchás a todos los que te proponen cosas para que el edificio de mierda no se derrumbe y el tan famoso edificio único se termine de construir. Si nos mudamos ¿Te seguiré viendo? por que allá vamos a estar todos, todos... seguramente te pierda...
La verdad es que nunca vamos a hablar, ni siquiera cruzar miradas, ni siquiera chocarnos en algún pasillo, por que vos no te chocás. Y tampoco me interesa, no quiero ni escuchar tu voz ni chocar tu hombro, quiero tan solo mirarte cada vez que entrás al aula. Aunque no digas nada, aunque no sepa a que partido pertenecés o a que centro o si sos facho o zurdo.... combatiente o pacífico ... ignorante o sabio.... obrero o estudiante... o ambos... o todos.
No me importa. Solo te miro y mirándote me siento mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario