viernes, 6 de febrero de 2009

Esmalte rojo

¿Sabías que se contar? Si, del cero al infinito, al derecho y al revés. Sé contar con mi vestido rojo de florcitas de colores que mi mamá me trajo de su último viaje a París y se contar con mi vestido azul comprado en el por mayor de once.
Se contar, y con esto no te estoy diciendo nada eh, no te asustes, todavía no quiero compromiso... Solo eso, sé los números.
También se no comprar nada en una mesa de libros usados. Me cuesta, ¡Cómo me cuesta! pero al fin y al cabo lo logro. Aprendí con el tiempo, no fue fácil, pero cuando mi biblioteca se llenó de libros nunca leídos, de poemas pesimamente escritos de autores de un solo libro, tuve que parar. ¡Ojo! he encontrado lo mejor de lo mejor en esas mesas de saldo. Ahí conocí a Baudelaire, me enamoré del Dr. Zhivago y soñé con ser una puta de burdel de los años veinte, con tantas plumas y corsets ajustaditos ajustaditos. Pero ya está, lo dejé.
No, no puedo evitar tener el esmalte corrido o saltado en las puntitas de las uñas. Es que me gusta tamborilear encima de la mesa y el esmalte del supermercado chino no aguanta tanto ajetreo. Y las de los pies me las pinto de coqueta nomas. Quedan lindas cuando se asoman por las sandalias que me regaló papá.
No, no, no, no tengo diario intimo, y si lo tuviese no creo que vos estuvieses en el. No corazón, no te resto importancia, pero esas cosas se piensan, se graban en la mente, no se escriben. A ver si mi hermanita lo lee y le cuenta a mamá. ¡Te imaginás el lío que se nos armaría! El cura nos haría persignarnos en frente de todos y la tía Cleta se cambiaría de congregación tan solo por la vergüenza. Mejor no escribirlo.
Si meloncito, se que a vos no te gusta, por eso lo hago. Sino por qué más. Te voy a bañar en clichés de hotel barato. Así no te olvidas nunca de mi. Barriguita de azúcar, como no te voy a querer, por eso lo hago, te preparo para la próxima porque sabé que yo no me voy a quedar. Las cosas no duran mucho ultima mente, un amor termina cuando el amarillo aparece en el semáforo. Prefiero vivir todo el año con amores de verano, esos que duran poco pero que son fuertes. Quizás después cambie, quien sabe. Por ahora disfrutemos del calentamiento global que hace que cada año haya más días de calor.

1 comentario:

  1. "Prefiero vivir todo el año con amores de verano, esos que duran poco pero que son fuertes"

    Me encantó el texto y apoyo esa idea... =)

    Besooo

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