martes, 17 de febrero de 2009

Episodio de mochilas

"Es que somos tan pobres" dice haciendo énfasis en la "a" de tan y alargando la "o" de pobres. En su mano solo restan diez centavos de real que no alcanza ni para pagar el baño público pero no gratuito. Las mochilas pesan más por la mugre y quedan pocas horas de viaje. Mirando hacia abajo, las curitas obtenidas como trofeos de selva, las picaduras de mosquitos quizás portadores de dengüe y unas ojotas estiradas, que se salen cada dos pasos y medio. De fondo, el principio del carnaval. Llueve finito sobre la ciudad y los tambores laten en la sangre. No alcanza el cansancio para que los pies no se muevan aunque sea un poquito. El peso de la mochila no deja trasladarse más allá, pero de lejos las negras con plataforma y los hombres con cervezas en la mano ríen, lloran borracheras viejas y bailan, danzan, bailan, susurran, bailan, besan, bailan, sexualizan el ambiente, bailan, se esconden tras los faroles que nada los tapa, bailan, se unen en una sola persona, bailan.
Con razón de días encima, las sonrisas no se parecen a aquellas, pero no dejan de aparecer. Es el final de un viaje exitoso. Sin cortes de cuchillo, con tardes de mate y cartas, con cuadernos a medio llenar (por que nunca se terminan) y libros compartidos, mezclados, traspasados, leídos en voz alta y vueltos a compartir. Dejar de ser un viajero para volver a la corbata de la ciudad trae penas, amarguras pero también satisfacciones. Uno no se calza el traje de la misma forma, el subte o el colectivo no son un mero viaje, son una aventura más.
Pero todavía la vuelta se extiende. Faltan horas, combinaciones, pase de facturas y acreditaciones por hacer. Policías aduaneros que no nos dejarán salir, lamentos, sollozos, mentiras piadosas. Todo eso y todavía la gente baila, cada vez más, baila, mezcla su sangre, baila. "¿Sabías que el carnaval es el período de mayor fecundación en Brasil? Si, todos cogen, se cuidan poco y después no hay quien le cambie los pañales a las crías". Todos cogen, bailan, cogen cada vez más, bailan cada vez menos, cogen, bailan, cogen, cogen y finalmente, bailan.

4 comentarios:

  1. Bueno señorita, ha sido un rico color este. Bastante exquisito. Una saludo. Buena letra.

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  2. Hola Aymara...llegué a tu blog buscando imagenes de un atardecer en el Titicaca. Me impactó la claridad y fuerza de tu presentación y me alegra que estes tan vibrante y tan mestiza. Un abrazo,Tere.

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  3. Tere, muchas gracias por tus palabras! los lectores ocacionales que llegan por coincidencias siempre me ayudan a seguir escribiendo!
    cariños,
    Yasmin
    PD: esa foto es del atardecer de copacabana, y es un momento que nunca voy a olvidar.

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