martes, 15 de julio de 2008

Hasta por los codos

Casi capicúa y me acuerdo del mate lavado que mi mamá me daba cuando era chiquita. Evidentemente la mateína no me iba a hacer callar, pero agarrar el mate con las dos manos y sentarme en la ronda "de los grandes" así magia por unos minutos.
Luego corría de nuevo pegando patadas al aire y gritando "Soy una tortuga ninja". Al rato volvía, llorando por que algún varón me había pegado o yo sola, con mi torpeza a cuestas, me había caído.
Mi mamá solía decir: "hay tres caquitas de oveja volando, el primero que habla se las come", en tantos años de infancia, me llené de mierda.
Si, imposible callarme.
Loro, lorito, charlatana, piojo insoportable, "mamá pedíle a Yasmin que se calle!"....
Y yo, con mis pocos años, sabiendo que por lo menos una vez al día me lo dirían, respondía:
"tengo mucho que decir y no me quiero morir sin haberlo dicho!" y después de las miradas de "no seas dramática", acotaba: "uno se puede morir en cualquier momento!"
Capicúa. El año pasado iba a ser importante por que terminaba en 7 (mi número de la suerte) este por capicúa. 2-2 , 2-2.
"El orden de los factores nos altera el producto"
A veces me muerdo la lengua. Por que ya soy grande y no queda bien que hable hasta por los codos. Otras veces coincido conmigo misma y acepto que es una de las características que mas me representan... esta verborragia al estilo vómito que me suele suceder sobre todo en los momentos de sobreexitación
"Es cuestión de madurar y buscar el equilibrio", diría mi psicóloga amiga.
"Es cuestión de ser como uno es", retrucaría.
Es cuestión de saber que siempre fui de palabras sueltas y con los años puede llegar a incrementarse...

3 comentarios:

  1. autobiográfico declarado...me asusta un poco.
    nunca te miré la lengua. Qué llamativa.
    Saludos.-

    ResponderEliminar
  2. Comparto con vos.. yo también suelto la lengua demasiadoo!!!

    Soy alumna de TEA

    pasate: http://caradequeso.blogspot.com

    Ce

    ResponderEliminar
  3. Nada mejor que atreverse a contar. Jamás experimentar que quede algo por decir o por escribir, porque es como si quedase algo por pensar. Enhorabuena!

    ResponderEliminar