lunes, 7 de julio de 2008

Lunes verborrágico

Salvando las distancias, lejos siempre me pareció cerca.
Los kilómetros son tan solo un malentendido.
En algún momento comencé a pensar que las cosas son mejor medirlas en tiempo que en distancias. Si uno compara una cantidad exacta de minutos con el mismo número de quilómetros, las horas van a ser más extrañables, los sentimientos se van a encrudecer con los minutos y los metros van a ser tan solo una barrera material.
Extraño por horas, quiero por horas, lloro por horas. No me impiden los leguas recorrerlas con la velocidad que yo quiero.
Las distancias se pueden hacer a la inversa. Todavía no existe máquina que nos devuelva los minutos pasados.
La oscuridad de un cielo encapotado todavía me alivia. Es como esas lluvias de verano, que te agarran en el medio de la nada sin paraguas y que aún así te hacen caminar como en tu propio video clip.
Hay veces que la tristeza de algunos es la melancolía adictiva, orgullosa y amamantable de otros.

La felicidad puede estar también en las cosas que parecen desechables, es cuestión de saber encontrarlas.
Verborragia de otro lunes lluvioso.

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